lunes, agosto 23, 2010

(009-10) Refugio Garganta del Diablo






Comenzamos más tarde de lo indicado, Marco, Nano, Sarah y Vicho, rumbo al sur a encontrarnos con Regis en Chillan. Lo llamamos al salir y listo, todo OK!

La idea era llegar temprano a las termas (10 de la noche) y caminar las 2:30 hrs sobre nieve, llegando a cocinar cerca de la media noche unas longanizas al refugio garganta del diablo “cuna del montañismo de la región del Bio-bio”, hacer cumbre el sábado a eso de las 15 hrs, volviendo el domingo en medio de una nevazón.

La idea distó mucho de la realidad…

Llegamos a chillan a eso de las 9 de la noche llamando a regis para ver donde lo recogíamos, aquí el resumen del dialogo:

Vicho: ya estamos en chillan, a que terminal llegas?

Regis: ya están en chillan?, yo tengo sacado el pasaje tempranito para mañana a las 8 en el línea azul

Vicho: wn tamos ahora en Chillan.

Regis: Chuta!!

… silencio

Vicho: Entonces te esperamos aquí, y trata de cambiar el pasaje y tomar un bus ahora.

Regis: ok, voy al terminal, pero no tengo nada listo…

… silencio

Vicho: aquí el nano me dice que hay un bus muy temprano en la mañana del sábado que deja donde nosotros vamos a dejar el jeep y te bajamos a buscar.

Regis: voy y te llamo...

En medio, fuimos al Jumbo, en donde compramos una serie de cosas que estaban fuera de la dieta montañosa.

La otra llamada en medio del súper:

Vicho: Como estamos?

Regis: todavía no llego al terminal, 5 min…

La próxima:

Regis: no hay pasajes para mañana directo a las termas, así que para otra vez será…

Lamentablemente no pudo ir Regis en esta salida, y todavía no entendemos que Falló, si fue, emisor, receptor o el mensaje, la cosa es que la comunicación no llegó bien a destino.

Ya sin Regis, Con todo listo a eso de las 9:30 para salir a las termas, ya tarde… pero, Nano se acuerda que tiene que pasar a buscar unas longanizas y unas polainas. Nos dimos vueltas y vueltas, pero no encontramos Longanizas, después al centro a buscar las polainas, pero el tipo no le contestaba. Llamó a otro amigo que dijo que le pasaría pero era al otro lado de chillan.

Pasamos a conocer el “PALA” un sucucho como para sacar fotografías, pintoresco bar en el que nos quedaron mirando con cara de afuerinos. Aquí presenciamos una de las mas extrañas cabalas en bares. Para la imaginación… un tipo con un jarro de ½ litro de cerveza, saliendo del recinto caminando de espaldas y bebiendo su jarro al seco hasta llegar a la calle, más otro tipo señalizándole la vía. Nos miramos con cara de “¿que wua?”, le preguntamos a la cajera y ella nos respondió que era algo intimo de los trabajadores para que les fuera bien esa noche.

En total y resumiendo, salimos después de las 11, rumbo a las termas.

Nos bajamos del vehículo a ordenar las cosas en la hostería el tata y caminar por las 3 marías a eso de las 2 de la mañana.

La noche era espectacular, limpia y con luna, por lo que no necesitamos las linternas. La nieve, se tornó más y más dura haciendo que nos resbaláramos constantemente, pero sin necesitar crampones. Saliendo de la línea de los árboles todo se tornó blanco, mirando hacia la derecha los volcanes en toda su magnitud y hacia la izquierda la luna se reflejaba en el hielo, convirtiéndolo en un panorama que conmueve a cualquiera.

Llegamos al refugio a las 4:30 de la madrugada, queríamos cocinar sopa y dormir, pero el refugio estaba en tal mal estado por los últimos temporales que tuvimos que arreglar un poco el lugar y luego cocinar. Todo estaba mojado, se había volado el techo poniente, así que en el 3º piso había nieve, por lo que el 2º llovía a gran intensidad.

Sarah y Vicho armaron la carpa dentro en la entrada y Marco con Nano en las literas al lado de la cocina a leña. Marco roncó de inmediato, mientras que a las 6 de la mañana los demás se acostaron, luego de unas merecidas sopas.

Horas después nos levantamos dispuestos a subir el volcán, pero lo vimos tapado y el viento era bastante fuerte. Desayunamos arepas (una especie de churrascas de harina de maiz) muy ricas y abundantes. Si no estaba el cerro dispuesto a recibirnos, no le torceríamos la mano. Continuamos limpiamos todo el lugar dándole un toque hogareño, sacamos toda la nieve del 3º piso y encendimos la cocina.

Aquí llegaron nuestros amigos Fernando y Graciela que luego de una agotadora subida con nieve “sopa” llegaron al refugio. Arepas para los recién llegados y a cocinar también, continuando con la reparación del lugar.

Cada vez era mas tarde, el viento más fuerte y seguía tapado el cerro, pero las ollas estaban destapadas y nosotros sobre ellas.

Conversamos con los nuevos vecinos que eran bastante buena onda, haciendo vida social, entre mates, cafés, tes, más arepas, queso de cabra, salame, y las delicatessen que siempre acompañan a los montañistas de “elite”.

Finalmente el cerro no se despejó y el viento no cesó, quedándonos conversando los 6 “a la antigua” al fulgor de la cocina, unas velas y el chirreo de los Manis tostados.

Al sobre a media noche.

El viento no cesó, intensificándose las nubes, dejándose caer unos chubascos de agua nieve nocturnos, despertándonos las latas sueltas del techo y las goteras cercanas.

La levantada temprano para ver si podíamos acceder nuevamente a la cumbre, pero no, seguía todo igual.

Unos pancillos con huevos, orégano, salame y ajo fueron el desayuno.

Así que como llevábamos bastante equipo y debíamos ocuparlo para no llevar el peso a pasear, fuimos a hacer progresiones en una de las paredes de 45-60º de la garganta como para entrenar.

Se nos unieron Fernando y Graciela.

Al llegar todos al punto más alto, unos cuantos chubascos, teniendo que rapelear en medio de agua-nieve.

Nuevamente en el refugio, almorzamos los 6, ordenamos y salimos en medio de la pronosticada agua nieve.

Al bajar nos enterrábamos bastante y hasta incluso Nano tuvo que salir gateando en una en que quedó hasta la cintura, además ocurrieron unas cuantas caídas en la pista, en donde las raquetas hacían pasar nuevas experiencias a Graciela.

Me acordé de Mao y sus esquíes, con los que no te entierras o “ennievas” y bajas bastante mas rápido.

Abajo era solo lluvia, así que completamente mojados pasamos a uno de los baños. A cámbianos de ropa. Aquí supimos que los 33 mineros estaban vivos (siempre pasa algo después de una salida).

La llegada fue celebrada con cervezas por parte de Graciela y Fernando. Aquí nos despedimos de ellos deseándoles lo mejor, comenzando con esto nuestro húmedo y rápido retorno a nuestra ciudad.

La mayoría concuerda en que no logras una cumbre hasta que llegas de vuelta a tu casa. Y asi fue...

...Tuvimos un pequeño percance con la tecnogía, no pudiendo ninguno por diferentes razones sacar plata de un cajero para cargar bencina. Concluyendo todos, después de esto, que estábamos mucho mejor en la montaña, en donde no había problemas de este tipo, ni teníamos que lidiar con los típicos dramas de la actual sociedad.